...Y así, pasito a pasito, día a día han ido pasando los años desde que me embarqué en esta profesión... Han pasado 36 años, 6 meses y 21 días exactamente y sin darme cuenta me he hecho mayor...36 años, 6 meses y 21 días...Dicho así parece una condena pero lo cierto es que no lo ha sido: he tenido la enorme suerte y el enorme privilegio de haber podido trabajar en lo que siempre ha sido mi vocación y mi pasión: la educación. Siempre he querido ser maestra y por ello no puedo más que agradecer a la vida que me concediera el lujo de poder hacerlo... Las alegrías que me ha proporcionado mi profesión han sido enormes y si tuviera que poner en una balanza los buenos momentos y los menos buenos que he vivido como maestra, el platillo se inclinaría sin lugar a dudas por los primeros...
Y en mi camino he tenido la enorme suerte de encontrarme con grandes y magníficos compañeros y sobre todo, permitídmelo, de grandes y magníficas compañeras, mujeres que hicieron que la palabra MAESTRA se escriba por siempre en mi corazón con mayúsculas...Mujeres creativas, generosas, alegres, incombustibles, inasequibles al desaliento, afectivas, inteligentes, valientes que han estado y siguen estando al pie del cañón contra viento y marea, aunque últimamente cada vez soplen vientos más adversos...
...Y por supuesto, en mi camino ( y en mi corazón) estuvieron y están todos los niños y niñas con los que compartí estos más de 36 años...Cuando miro hacia atrás recuerdo cientos de gestos, de miradas ilusionadas, de sonrisas, pucheros, rabietas, alegrías, enfados, risas, llantos, besos, abrazos.. Tengo en mi mente y en mi corazón a tantos y tantos niños y niñas que necesitaría cien páginas para escribir sus nombres...Permanecen en mi memoria tal y como yo los dejé: para mí algunos siempre tendrán 4 años (aunque de esto ya hace más de 30 años y ahora los padres sean ellos), otros se quedaron en los 8, los más grandes en los 12... Ojalá me recuerden con el cariño que yo los recuerdo...Ojalá me recuerden como una buena persona que se cruzó en su camino y que intentó ayudarles a crecer, como una persona honesta que con sus fallos y aciertos intentó hacerlo lo mejor que pudo y supo...Lo bueno de los recuerdos es que uno siempre olvida lo malo y se queda con lo bueno y eso nos reconforta y da paz. A fin de cuentas, de eso está hecha la vida: de pequeños grandes momentos.
36 años, 6 meses y 21 días.... A lo largo de estos años he dicho adiós a cientos y cientos de niños y niñas, les he dicho que el cole se les había quedado pequeño y que era el momento de volar con sus propias alas, que el futuro estaba en sus manos... Ahora soy yo la que he “crecido” y también el cole se me ha quedado pequeño: estoy feliz por ello, pero también tengo el “corazón partido” como decía la canción porque decir adiós tiene siempre un sabor agridulce...
Por eso, no digo adiós, os digo gracias y hasta siempre.... Estáis y estaréis siempre en mi corazón porque formáis parte de mi...Cloti
